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miércoles, 31 de octubre de 2012

La Fortunella hindsii

No es por casualidad que la foto de inicio de estas páginas sea una Fortunella hindsii. Es uno de los árboles que más me gustan y sin embargo no tengo ninguno. Espero poder remediarlo algún día.

He intentado profundizar en el nombre de la especie para conocer a “sus padres”, pero no ha sido tan fácil…



Empiezo por poner su nombre completo:

Fortunella hindsii (Champ. ex Benth.) Swingle

En esta película intervienen ni más ni menos que 5 actores, todos ellos con “pedigrí”. Vamos a ver si soy capaz de ordenar todo esto para llevar un buen hilo…

Esta planta no nació siendo Fortunella no, pero tampoco estoy seguro del nombre original, muy probablemente Citrus hindsii. Está claro que tiene mucho que ver con el Citrus japonica otra especie más que debemos a nuestro gran amigo Thunberg. Pero ¿qué quiere decir Champ. ex Benth. entre paréntesis? ¿Por qué hay un nombre más?

En primer lugar, que esté entre paréntesis quiere decir que esta planta ha cambiado su denominación original concedida por la persona dentro del paréntesis. ¿Por qué en este caso hay dos personas y entre ellas la abreviatura ex? Esto quiere decir que el primero sugirió el nombre y que el segundo reconoce al primero y es la autoridad legal que lo cataloga. Si en vez de “ex” fuera “in” quiere decir que el primero lo bautiza y lo legaliza pero lo publica en un medio correspondiente al segundo (se hace como reconocimiento). En el caso que nos ocupa, ese nombre del que tengo alguna duda, fue sugerido por John George Champion y legalmente reconocido por George Bentham.

Champion (1815-1854) era militar, botánico y explorador inglés y recolectó una inmensa variedad de vegetales en China. Volvió a Inglaterra en 1850 y murió 4 años después en una batalla.

Por otra parte, George Bentham (1800-1884) también era inglés y se dedicó a la botánica. Escribió muchas obras entre las que destaca en este nuestro caso “Flora hongkongensis”. He repasado las especies que catalogó y son miles.



Además del Citrus hindsii, nombraron también la Atalantia hindsii que fue modificada por Daniel Oliver y la Sclerostylis hindsii que vienen a ser una misma planta. El Citrus hindsii ha sido reconocido recientemente por el joven botánico R. Govaerts.

Como sabréis, la Fortunella es de la familia de los kumquat nombre sacado del chino mandarín. En particular, la Fortunella hindsii es el kumquat de Hong Kong. En japonés es Kinzu.

¿Pero de donde viene lo de hindsii?
En 1836, la corona británica fletó un buque llamado H.M.S. ( HMS significa Her/His Majesty Ship) Sulphur para recorrer el mundo en busca de especímenes botánicos, zoológicos, etc. durante la época efervescente de este tipo de aventuras. Comenzaron por América y acabaron en Asia.

El médico a bordo era un joven inglés llamado Richard Brinsley Hinds. Además de ejercer de médico también lo hizo de zoólogo y botánico. El Sulphur, me imagino que debido al final de la primera guerra del opio, cuando en 1841 Hong Kong fue cedido a la corona británica, sirvió de apoyo en la contienda. Así Hinds, tuvo la oportunidad de ser la primera persona que recolectó plantas en Hong Kong, entre las cuales estaría nuestro querido kumquat. El Sulphur arribó en Inglaterra en 1842 y posteriormente se publicó el libro titulado “La botánica del viaje del Sulphur” donde Hinds fue el editor y supervisor aunque las descripciones botánicas fueron hechas por George Bentham. Hinds murió joven a la edad de 35 años en 1847. No he llegado a averiguar más allá en las relaciones entre Champion, Bentham y Hinds.


Ya vamos cerrando el círculo, se trataba de un citrus, bautizado hindsii en honor a Richard Brinsley Hinds y gestionado por Champion como autoridad que le pone nombre y Bentham como el que lo reconoce legalmente.

Pero hay ahora que dar un gran salto en el tiempo para saber su historia posterior… A principios del siglo XX al Sr Walter Tennyson Swingle, americano él, le dio por estudiar los citrus y en 1915 por decir que el género de los kumquat no pertenecía a los citrus. Pero ¿por quéeeee? y ¿qué tenían que los diferenciaran del resto de los pobres citrus…?

No me digáis que no se parece a Butragueño...

Las principales diferencias por las que Swingle las separó son:
 (1) tienen menos lóculos(*) del ovario que los citrus (de tres a cinco, raramente seis o siete); (2) no tienen más que dos óvulos colaterales por lóculo (en comparación con entre cuatro a doce de los citrus); (3) tienen el estigma muy amplio y cavernoso; (4)tienen frutos muy pequeños y dulces, comestibles y con la corteza más o menos carnosa y (5) tienen pequeños y más o menos angulares capullos de flor.

(*) La palabra lóculo no aparece en el Diccionario de la Lengua Española, sin embargo, está definido en tratados de botánica como: Lóculo: Cavidad de un órgano. En el ovario o fruto, cavidad en la que están los primordios seminales o las semillas.

Swingle comiendo cítricos

El tito Swingle ya había investigado con cítricos hasta la saciedad e incluso fabricó varios famosos híbridos (el tangelo por ejemplo). Así que dijo: “Crearé entonces un nuevo género pero ¿cómo lo llamo? Ahhhhhh! me acuerdo del célebre explorador escocés ese, el muy bribón, como se llamaba, si, Fortune, Robert Fortune, el que trajo esta planta a Inglaterra y a USA. Le voy a poner al género el nombre de “Fortunella” en su honor”.

Aún hoy, hay científicos que defienden la vuelta de las fortunellas al mundo de los citrus…

Robert Fortune (1812-1880) botánico y explorador escocés. Era un tío simpático y fue capaz de aprender chino mandarín bastante bien. Viajó por todo el mundo pero en particular fue enviado por la London Horticultural Society a China y Japón. Como el tío sabía chino mandarín, se disfrazó de agricultor nativo (se puso literalmente una cola de caballo) y esto le permitió viajar a sus anchas por donde quiso (dicen las historias que a pesar de ser escocés, al haber tantas etnias diferentes en China, no fue descubierto, lo que le hubiera costado un gran disgusto). ¿Os acordáis los que hayáis leído la historia de Siebold que fue capaz de sacar de Japón las semillas del té y plantarlas en Java? Bueno pues Fortune hizo lo propio en China. Es de todos sabida la afición del pueblo inglés hacia el té, sobre todo a las five o´clock in the afternoon. Pues ya estaban cansados de depender de China con este negocio así que la misión tenía un nombre. Fortune pensó la estrategia de sacar las semillas de allí y por supuesto llevarlas a algún sitio con dominación británica donde pudiera cultivarse. Tras una serie de peripecias y grandes dificultades consiguió llevar semillas de té a la India y lo que era más difícil consiguió que germinasen. Así, poco a poco se creó el imperio del té indio. Los ingleses descansaron con una taza en la mano.

Fortune escribió muchos libros de éxito y se hizo muy popular en su época por sus relatos y su manera desenfadada de escribir. Fue el primer occidental en describir más a fondo “esos árboles enanos” (dwarf trees) en sus libros (aunque ya habían sido descritos con anterioridad por otros autores). Me parece muy interesante todo lo que Fortune escribió sobre su experiencia en China y Japón con los bonsáis. Sería muy extenso publicarlo aquí. Si estáis interesados podéis verlo en www.phoenixbonsai.com/1800Refs/Fortune.html
 Por todo ello, Robert Fortune puede considerarse como el introductor del bonsái en Occidente.

lunes, 29 de octubre de 2012

Un pequeño acebuche

Como os comentaba en una entrada anterior considero que la afición al bonsái es muy agradecida en cuanto a que cualquier proyecto por muy modesto que sea puede ilusionar como el que más.

Hace unos dos años un compañero de trabajo que conoce mi afición me llamó por teléfono “Antonio, he visto un pequeño olivo pegado a la carretera aquí cerca. Lo mismo puedes hacer un bonsái con él.” Fuimos a verlo y, la verdad, no me gustó. Yo he recuperado muy pocos árboles en mi vida, solo unos pocos olivos asilvestrados o acebuches, el olmito de una entrada anterior y dos sabinas sacadas de los propios arriates de mi patio que yo mismo había plantado algún tiempo atrás. Estaba un poco harto de acebuches y este pequeñajo no tenía nada de especial. Naturalmente, por no hacerle el feo a mi compañero, lo saqué del campo, lo podé delante de él (como siempre pasa con los profanos le pareció una barbaridad dejarlo pelado) y lo planté en la primera maceta que se me puso a tiro.


Mi idea era hacer con él cualquier cosilla y después de un tiempo regalárselo a mi compañero como agradecimiento (no hay nada peor que regar, abonar, alambrar, etc un arbolito que no te gusta).

En esta tesitura entró a formar parte de mis perejiles (aún conservo bastantes por motivos sentimentales y experimentales a pesar de todo) y ocupó el rincón de los olvidados. Ya me ha pasado muchas veces al regar. De pronto, después de meses e incluso años sin hacerle caso, el árbol arrinconado por carecer de la más mínima gracia, se presenta ante mis ojos como un nuevo reto al percatarme de que desde este otro ángulo, o cortando aquí, o yo que se que, le veo algún atisbo de belleza.
En este caso concreto vi que tenía una gran conicidad si cortaba a ras la punta. Dicho y hecho y el pobre se puso a brotar.


Yo seguía sin hacerle mucho caso, solo de allá para cuando me acordaba de él y le hacía alguna pequeña putadita. Que si le cambio la maceta que si le retuerzo más una rama... Pero a mi modesto entender, el olivito empezaba a tener ciertas cualidades, la conicidad, su pequeño tamaño, vamos que empezó a gustarme. Lo que entonces no me pareció apropiada era esa maceta tan alta donde, sin ningún interés ni atención, lo había puesto. Tenía una pequeña maceta redonda esmaltada que le iría “al pelo”, así que aprovechando agosto me puse a trasplantarlo. ¡Mi gozo en un pozo! Cuando recuperé el olivito en presencia de mi compañero, al no poner ni el más mínimo interés en la maniobra, había cometido el error más típico que se puede cometer al recuperar este tipo de árboles. No le había cortado suficiente por abajo para dejarlo plano con la altura deseada. Que quiere decir esto, que mi macetita tan pequeña y tan baja no podía ocultar este error y la altura del árbol se me iba. Por desgracia poner una maceta redonda como era mi intención dejó de ser posible y no tuve más remedio que utilizar una rectangular donde la altura del tiesto se disimula más. En el próximo trasplante tengo que bajar el nivel de plantado para que no se vea la parte inferior en forma de bola.

Bueno, por ahora este es el resultado. Me hace ilusión y seguiré intentando que me quede algo apañado para utilizar como acompañamiento.

sábado, 27 de octubre de 2012

Dejima 3ª parte

Volvemos a nuestra pequeña isla para indagar un poco más en su pasado…

Philipp Franz von Siebold nació en Würzburg, Alemania en 1796 y fue médico y botánico.


Es muy extensa la biografía de este personaje e intentaré extraer lo que en mi opinión pueda interesarnos más.
Invitado a Holanda por un allegado a su familia, von Siebold solicitó un puesto de médico militar. Este puesto le permitió viajar a las colonias holandesas. Entró en el servicio militar holandés en junio de 1822. Se le designó como médico en la fragata Adriana en el viaje que partiendo de Rotterdam debía de arribar en Batavia -actualmente Yakarta- en las Indias Orientales Holandesas donde llegó en febrero de 1823. En su viaje a Batavia practicó sus conocimientos de la lengua holandesa y rápidamente aprendió malayo. También empezó una colección de fauna marina.
Fue enviado a Dejima en junio de ese mismo año. Como habréis visto, nuestros protagonistas hasta ahora eran todos médicos y científicos debido a que dado el reducido número de holandeses que dejaban estar en Dejima, ambos puestos debían ser cubiertos por la misma persona.
Al haber curado a un influyente oficial japonés, consiguió que le permitieran salir de la pequeña isla y aprovechar para tratar a sus pacientes japoneses que vivían en los alrededores.
Se enamoró de una japonesa, Kusumoto Sonogi -a la que el llamaba Otakusa- y como estaba prohibido el matrimonio de los japoneses con los occidentales, no pudo casarse con ella. Pero si tener una hija, Oine que fue la primera mujer médico y comadrona en Japón.
Von Siebold dirigió enseñanzas, llamadas Rangaku, con la ayuda de 50 interpretes -designados por el Shogun- y estudiantes japoneses. Su casa, la escuela Narutaki, se convirtió en el lugar de encuentro de unos 50 rangakusha. Por ello está muy bien considerado actualmente en Japón.
Recolectó todo el material del que fue capaz, creando un pequeño jardín botánico detrás de su casa y luego las llevó a Europa siendo pues el introductor de muchas plantas de jardín entre ellas la Hydrangea otaksa -le puso el nombre de su amada japonesa- que no es otra que nuestra querida hortensia.
Como Siebold tenía un carácter muy impulsivo, las autoridades holandesas lo reclamaron desde Yakarta temiendo un conflicto con las autoridades niponas. Al partir hacia allí, una tempestad lo devolvió a puerto y además destruyó el jardín que había creado junto a su casa. El barco se reflotó y llevó todos los especímenes que se pudieron recuperar aunque Siebold permaneció en Japón.
Entre las anécdotas más interesantes está que tuvo la osadía de sacar de contrabando sin que los japoneses lo supieran, semillas germinables de la planta del té que hasta entonces era un comercio únicamente japonés. Estas semillas las plantaron en Java donde comenzó el cultivo del té, llegándose en 1833 a tener allí más de medio millón de plantas.
En 1828, Siebold viajó a la corte de Edo y al igual que hizo Thunberg aprovechó el viaje para explorar a lo largo del camino. No sé como se las arregló pero consiguió que Takahashi, un astrónomo de la corte, le suministrara planos de Japón, cosa que estaba totalmente prohibida por el gobierno. Cuando las autoridades se enteraron por casualidad, lo acusaron de alta traición y de ser espía de Rusia. Lo arrestaron, lo investigaron -había pretendido sacar también del país libros y objetos variados- y lo expulsaron de Japón en octubre de 1829 sin que pudieran irse con él ni Kusumoto ni Oine.
Se estableció en Leiden, llevando consigo la mayor parte de su colección. La "colección von Siebold" contiene numerosos especímenes tipo, es la primera colección botánica del Japón. Todavía actualmente permanece como una muestra admirable de una investigación hecha en profundidad, del trabajo bien hecho de von Siebold. Contiene unos 12.000 especímenes, de los cuales pudo describir solamente alrededor de 2.300 especies. La colección en su totalidad fue adquirida por el gobierno holandés por una respetable cantidad de dinero. Además, von Siebold fue gratificado con un generoso subsidio anual por el rey holandés Guillermo I.
Durante su estancia en Leiden, publicó Nippon en 1832, el primer tomo de un trabajo etnográfico y geográfico sobre el Japón profusamente ilustrado. También contiene el relato de su viaje a la corte del Shogun en Edo.
Elaboró su Flora Japonica en colaboración con el botánico alemán Joseph Gerhard Zuccarini. La primera edición apareció en 1835. La versión completa, sin embargo, no aparecería hasta después de su muerte, terminada en 1870 por F.A.W. Miquel director del Rijksherbarium en Leiden. Este trabajo consolidó la fama de von Siebold como científico, no solo en Japón, sino también en Europa.
Como decía, es un personaje muy reconocido en Japón donde existe un parque con su nombre y un museo en Nagasaki.
Son muy numerosas las especies a las que ha dado nombre -algunas veces aparece también el nombre de su colaborador Zuccarini- bastantes se utilizan en bonsái, como Picea jezoensis, Buxus microphylla, Prunus, etc y otras a las que se ha dado nombre en su honor como Malus sieboldii o Primula siebold. En uno de sus libros, concretamente en el que habla sobre las maneras y costumbres japonesas, menciona los bonsáis que tuvo la oportunidad de ver.
Falleció en Munich en 1866.

Heinrich Bürger nació en Hamelin (donde fue el flautista a matar ratones), Alemania, aunque su fecha de nacimiento no se conoce exactamente ya que él mismo la cambió, quizás en un intento de parecer mayor por algún motivo. Fue entre 1804 y 1806. Físico, biólogo y botánico, estudió farmacia, matemáticas y astronomía y aunque a veces usaba el título de doctor, no se han encontrado pruebas de su graduación en estudios de medicina.
En 1825 fue nombrado por el gobierno holandés asistente de von Siebold en Dejima. Allí hizo descubrimientos químicos y biológicos. Con sus conocimientos de farmacia asistió a Siebold en sus visitas a pacientes externos a Dejima.



Bürger enseñando a japoneses


Tras la marcha de Siebold fue nombrado su sucesor en 1828 aunque solamente en la parte científica ya que como hemos dicho no era médico. En los años posteriores recolectó gran cantidad de plantas y animales. Todo este material contribuyó a la publicación de las obras de Siebold y a otras referentes a la fauna.
Bürger envió plantas a jardines botánicos y universidades de Leiden, Groningen, Munich, París, Londres, Florencia y San Luis –¿será Florencia la clave del pino thunbergii?-.
Las plantas reconocidas por primera vez por él, fueron a menudo nombradas con el epíteto comemorativo “buergerianum” (11 especies) o “burgeri” (44 especies). A todos nos viene enseguida a la cabeza el Acer buergerianum una de las especies de bonsái por excelencia que fue clasificada por Friedrich Anton Nilhelm Miquel, nombrado anteriormente.
En 1833 se le asigna otra actividad en el comité de investigación del este de la India y establece su residencia en Batavia –Yakarta-. Regresa a Dejima en 1834 y 1835 aunque en julio de este año se le exime de sus responsabilidades en Japón.

Aquí acaba mi historia en la que he pretendido contagiaros mi ilusión por saber algo más de nuestros pequeños compañeros que tan felices nos hacen.

 

martes, 23 de octubre de 2012

Pino sylvestris 2ª parte

Seguimos con el pino de hace dos entradas y ya le toca el turno de peluquería, el maestro coge su banqueta (los maestros siempre trabajan sentados), pone el árbol en el torno grande y manos a la obra.
La configuración de las ramas va a variar bastante pues como veis en esta foto, se va a cambiar el ápice.


Empezamos poniendo una barra de apoyo


Y ponemos un tirante de donde queremos tirar.


Luego con el gato se hace la fuerza y se acerca la rama a la barra, fijando con el alambre. Cedió bastante a pesar del grosor.


Luego, la rama mas baja es completamente recta y como siempre hay que huir de la rectitud. Costó bastante darle una curva pero David tiene recursos para todo y apoyado en unos tablones protegiendo con una goma, pudo darle algo de movimiento.


Y ahora a levantar el nuevo ápice, no sin esfuerzo tampoco.


Los alicates también ayudan bastante.


Y empieza a formar el ápice


Y lo refina


También empiezan a sobrar ramas. Esta incluso estaba enrafiada.


Y aunque ya tenía pocas ramas, aún se cortan algunas más.


Y después de un buen rato moviendo y refinando, este es el resultado final.


Fue un fin de semana muy completo en el que disfrutamos del bonsái y de una buena compañía.
Saludos

sábado, 20 de octubre de 2012

Dejima 2ª parte

El célebre botánico sueco Carlos Linneo afirmó: “Nomina si nescis, perit et cognitio rerum” que quiere decir “si ignoras el nombre de las cosas, desaparece también lo que sabes de ellas”. Por ello clasificó a los seres vivos en diferentes niveles y estableció los tres reinos (animal, vegetal y mineral) en el primer nivel. Subdividió los reinos en filos, los filos en clases, las clases en órdenes, las órdenes en familias, las familias en géneros y los géneros en especies, implantando la nomenclatura binomial de género y epíteto específico. Era una persona digna de estudio, os aconsejo que leáis sobre él. Tuvo un gran número de discípulos que se distribuyeron por todo el mundo con objeto de descubrir nuevas especies. Como anécdota referida al mundo del bonsái podemos decir que Linneo bautizó al Pinus sylvestris de esa manera porque este era el único pino que crecía en Suecia de manera espontánea.

Carl Peter Thunberg nació en 1743 en Suecia. Fue estudiante de medicina en la universidad de Uppsala al igual que Linneo y fue uno de sus discípulos.


                                                                 Thunberg

Viajó a Holanda en 1771 donde estudió botánica en jardines y museos. Fue invitado a visitar las colonias holandesas y Japón para recolectar especies para el Jardín Botánico Holandés. Partió como cirujano de a bordo contratado por VOC. Al llegar a la colonia holandesa en Ciudad del Cabo se quedó allí tres años. Como hemos dicho, los japoneses solo permitían la entrada en su país de una clase de extranjeros –gaijin-, los comerciantes protestantes holandeses así que Thunberg tuvo que quedarse allí ese tiempo para perfeccionar el holandés y poder pasar por uno de ellos –el holandés era la única lengua extranjera que se hablaba en Dejima-. En estos tres años acabó su carrera de médico e hizo varias expediciones para recolectar un gran número de especies de flora y fauna locales.

En 1775 partió hacia Java donde permaneció dos meses. Y por fin, en agosto de 1775 llegó a Japón, a Dejima.

Aunque a los holandeses difícilmente se les permitía salir de la pequeña isla, a Thunberg se le concedió permiso para hacer algunas excursiones botánicas.

Naturalmente, debía estar frustrado al permanecer allí y no poder desplazarse libremente y observar la flora -y fauna- japonesa. Al fin, a mediados de 1776, consiguió que se le permitiera acompañar al director del asentamiento holandés al shogunato en Edo (Tokyo). Durante este largo viaje, fue capaz de recolectar muchas plantas autóctonas. Las actividades del viaje fueron descritas en su libro “Flora Japónica” publicado en 1784. Muchas de las plantas a las que dio el epíteto de japónicas eran realmente originarias de China e introducidas en Japón y muchas plantas que catalogó de silvestres eran plantas de jardín pero ante la precariedad de su situación era normal que se equivocase.

También escribió sobre sus aventuras en el viaje y estancia en Japón en su libro “Viajes de C.P. Thunberg al Japón, pasando por el Cabo de Buena Esperanza, las islas Sunda, etc.” Describió su sombría estancia en Dejima. En el libro también describe algunos aspectos de la vida diaria en Japón -como la obligación de pasear por el lado izquierdo de la calle-.

Thunberg dejó Japón en Noviembre de 1776. Murió en Uppsala el 8 de Agosto de 1828, a los 85 años de edad.
Thunberg está citado -u homenajeado- en 254 especies de plantas y animales.

La especie más relevante con este epíteto conmemorativo en el mundo del bonsái es sin duda el Pinus thunbergii (atención los que lo escriben con "m"). En otra ocasión podremos hablar más extensamente de la taxonomía, según impuso Linneo de expresión binomial. Además de ello, las especies también van unidas al nombre de la autoridad, en este caso botánica que la ha nombrado por primera vez –como ocurre según hemos comentado con el Gingko biloba L., abreviatura de Linneo-. Pues bien, el Pinus thunbergii Parl. fué nombrado en 1868 por Giuseppe Parlatore, famoso botánico italiano creador del Herbarium del Instituto Botánico de la Universidad de Florencia ¿Cómo llegaría el pino negro japonés a Florencia para poder ser nombrado por Parlatore en el Prodromus de Candolle? ¿Qué indujo a Parlatore a conmemorar a Thunberg? No es difícil de imaginar. Lo único que yo os puedo decir es que como veremos más adelante otro ilustre visitante de Dejima, envió parte de su colección de árboles entre otros sitios a Florencia…

Continuará...

jueves, 18 de octubre de 2012

Pino sylvestris 1ª parte

Os presento el trabajo a un pino sylvestris. Como es algo extenso lo divido en dos partes.

Tuve la gran suerte de compartir un taller monográfico de coníferas, impartido por David Benavente (no voy a elogiarlo más pues ya lo he hecho en multitud de ocasiones, chapeau!!), con mi amigo JM Moyano y os puedo asegurar que fue un fin de semana inigualable en todos los aspectos. Pero bueno, aquí solo me centraré en el aspecto bosaístico que es lo que os interesa.

En primer lugar debo mostraros el pino. Estaba a la venta y cuando lo vi, me gustó mucho pues no es un árbol habitual. Tiene movimiento, corteza y alguna cosa más. Por el contrario estaba bastante dejado, con mucha aguja vieja, ramas demasiado gruesas y sin ramificación, etc.




Como siempre comento, las cosas no se aprenden todas de golpe. Este taller no es el primero que hago con él, ni el segundo, ni el tercero, ni el cuarto pero en cada uno de ellos voy aprendiendo cosas según mi mente pueda asimilarlas. Cada vez, como es lógico voy aprendiendo más. También depende mucho de lo que se haya practicado y sobre todo de las necesidades y carencias que te hayas encontrado al trabajar tus árboles. Os iré contando esas cosillas que he aprendido por si es de vuestro interés.

Bueno pues David tomó mi árbol para iniciar un debate sobre que hacerle para diseñarlo. Primera observación (por no decir bronca). Yo no había descubierto el nebari. Ya sabéis lo tiquismiquis que son los maestros con esas cosas. Pues nada me da el palo y dice “ahí lo llevas”. Así que a descubrir nebari…


En principio alegría pues el tronco se abre hacia abajo. Pero luego mal porque nos encontramos una raiz grande superficial mal colocada que podría fastidiarnos el diseño.


Bueno, el problema de la raiz ya lo veremos en el futuro. Ahora hay que colocar bien el árbol para verlo bien. Para ello sacó el cepellón y rellenó con sustrato grueso el fondo de la maceta. Así el árbol quedó más levantado y se veía todo mejor.


A partir de ese momento empieza el juego, es decir, hay que elegir frente y posición de plantado. Este es un asunto muy importante ya que hay que sacarle al árbol todo su partido. Generalmente los aficionados somos poco imaginativos a la hora de “mover” el árbol ya que nos limitamos a subir y bajar dentro del mismo plano.


David empieza a mover la pesada maceta con todos los giros posibles. Cada uno de los asistentes elige un frente. Pero claro, luego viene David y dice por esto, esto y esto, el mejor frente es este (que casi siempre, nadie había visto). En mi caso se eligió ese frente pues en ese lado hay mejor corteza, mejor movimiento, puntos de interés, colocación jines, etc luego ya veremos la distribución de ramas. El frente no andaría muy lejos de este.



Pues bueno, ahora hay que formar la estructura de ramas y como se avecinan curvas, es decir, mucho ajetreo, nos ponemos a enrafiar. Aunque yo ya había enrafiado muchas veces, resulta que no lo había hecho tan bien como se debe. Para ello cuento con la inestimable ayuda de Pablo, uno de los ayudantes de David.
Antes de enrafiar en espiral como siempre he hecho, hay que enrafiar las ramas longitudinalmente tratando de abarcar con tiras de rafia toda la superficie de las ramas, cosa nada fácil y muy laboriosa que nos costó un buen rato.


Luego ya enrafiamos en espiral como siempre apretando e intentando ajustarnos a la rama.


Y totalmente enrafiado.



Ahora a alambrar. Ya he comentado lo exigentes que son los maestros en esto del alambrado así que puse todos mis sentidos en hacerlo bien. Lo más importante es que cuando el maestro mueva una rama, esta se quede en su nuevo sitio.


Y totalmente alambrado, bueno casi porque luego David tuvo que reforzar una rama que por lo gorda que era se resistió al envite.


Continuará...

lunes, 15 de octubre de 2012

Olmo shohin

Está claro que un bonsái bueno te puede costar una pasta. Sin embargo, para divertirse en esta afición no necesariamente tiene que ser a golpe de cartera ni de tirarte al monte a yamadoriar grandes ejemplares. De hecho para mi es la misma diversión trabajar un pino sylvestris recuperado que un arbolucho desechado por los jardineros. Os contaré algunos casos.

El primero lo tenía bien cerca. Justo al lado de la plaza de aparcamiento que utilizo habitualmente en mi trabajo. Allí crecía ese tocón hijo de un gran olmo. Los jardineros que adecentan estos terrenos se habían encargado durante un tiempo de que esta planta no fuera a mayores. Así estaba el pobre, bajo el cobijo de su gran padre.


Dudé en sacarlo pues me imaginaba que tendría muy pocas raíces propias pero al final mi codicia me pudo y lo adopté en ese mismo mes de octubre de 2008. Efectivamente, tenía muy poquitas raíces, la grande que la unía a su planta madre y algún pelillo más.

Directamente lo puse en la primera maceta que encontré y a esperar...



La siguiente primavera fue benévola y mi olmito empezó a brotar.



Y brotó y brotó pero como siempre no a gusto del consumidor. La rama que me tenía que salir a la izquierda no salía. Pues venga solución, el ápice para la izquierda y nuevo ápice. Eso hizo que la rama tenga una curvatura extraña pero ¡es lo que había! La rama de la derecha salía de atrás y no muy bien colocada en la curva pero ¡oye, ya está bien de ponerle pegas…! Después siguió creciendo y yo seguí cuidándolo. Es una buena especie para conseguir ramificación.


Y así en enero de este año



Y esta a día de hoy. Cuando tenga el ápice más desarrollado os lo volveré a enseñar.




Hasta la próxima

viernes, 12 de octubre de 2012

Sabina china

No suelo faltar generalmente a la Fiesta de la Importación que todos los años celebra David Benavente en sus instalaciones. En la primera de ellas hice dos adquisiciones. Una pequeña sabinita china de cuya historia no quiero acordarme (no sé si algún día me atreveré a contaros)

Y la otra, una sabina china en bruto aparentemente injertada tal como podéis verla aquí


Le hice una primera formación con mis incipientes conocimientos y no me convencía (gracias a Dios no tengo foto y si la tuviera tampoco la pondría). Solución, llevársela a papaito David que ese sí que sabe. Taller al canto en diciembre de 2007.
¿Conocéis este tejo de Andrés Álvarez?


Pues también se trabajó en ese taller. Lo que pasa es que estaba así.


Por cierto ¿para qué árbol estaría eligiendo Andrés maceta y mesa con tanta alegría?


Luego lo descubrí. La cazadora me dio la pista. Premio a la mejor composición en el europeo de Lorca. Si es que cuando se preparan bien las cosas…


Pero sigamos a lo nuestro. Como siempre, David le hizo una primera formación a mi sabina y tengo que reconocer que en aquel momento me fascinó.


Y volví a hacerme la misma pregunta de siempre ¿seré yo capaz de hacer esto alguna vez? La respuesta sigue siendo la misma.

La pasta cicatrizante que tiene es que le metí sin darme cuenta un tajo con la podadora cóncava a la vena que la rama de la derecha peligró muy seriamente. Va a tener razón Taiga Urushibata cuando me dijo años después que no le pusiera pasta a las sabinas porque son muy fuertes. La rama sobrevivió a pesar de todo.

Desde entonces he venido cuidándola y formándola con más o menos acierto pero siempre disfrutando del momento.