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jueves, 31 de enero de 2013

Achinando una sabina española

Fui a un taller con Taiga Urushibata y trabajé una sabina rastrera. También me llevé otra sabina rastrera para pedirle consejo. Yo estaba tan contento con ella pensando en el diseño adecuado. Nada más verla, Taiga me dijo “Puf, tienes que injertar” ¿Cómo injertar? “Si, me respondió, siendo un bunjin no puede tener el tachiagari tan grueso”. Aquello me dejó un tanto contrariado pues aunque yo ya había hecho algunos injertos, sobre todo en arces buergerianum, aún no me había atrevido con ninguna sabina.




Si hay algo que no soy es temeroso, así que a injertar tocan. Compré unos plantones de chinensis y decidí hacer tres injertos a distintas alturas del árbol. Eso fue a principios de mayo pasado.
















Me he decidido ahora a darle una primera formación.
Levanté la sujeción para ver el estado del injerto. Está bien.


He procedido a cortar las plantas “madre” y a podar algunas ramas originales que me molestaban y he vuelto a poner las fijaciones para evitar que al forzar las ramas para su colocación se pueda despegar alguna parte del injerto. Después he hecho la primera aproximación al diseño.


Es el principio de una nueva planta, espero conseguir algo con ella.

Saludos

viernes, 25 de enero de 2013

Una visita a Laos Garden

El otro día, aprovechando que tenía que ir a Madrid para otros asuntos y aunque me quedaba así como algo alejado al fondo a la derecha, hice una visita a Laos Garden. Los casi 40 minutos en el cercanías desde Atocha hasta la estación de Las Matas merecieron la pena ya que para los que somos aficionados a esto, cualquier excusa es buena para pasar un rato entre bonsáis.

Mi objetivo principal era adquirir sendas macetas para mis dos arces, el buergerianum y el palmatum de los que os hablé entradas abajo.

Para el palmatum ya le tenía echado el ojo a una que había visto por Internet. Esmaltada en azul y de las dimensiones adecuadas.


Para el buergerianum necesitaba una maceta algo mayor y no iba a ser tan fácil. Mi pretensión es que fuera amarillo claro, baja y con algo de labio pero eso, al menos a mi gusto, no lo encontré.
Después de un buen rato buscando ya que no es tan fácil encontrar una maceta ovalada de 45 cm de largo y encima que me gustara, y dado que de allí tenía que salir con alguna (necesito trasplantar este árbol sin falta esta primavera), elegí esta.

No es esmaltada pero el tono clarito de la cerámica me gustó y además tenía las medidas precisas.

Esta primavera os enseñaré el resultado de los trasplantes.

También tenía que comprar una macetita para mi pequeño acebuche (también os lo enseñé unas entradas más abajo) ya que necesitaba una maceta más profunda para ocultar la bola que tiene en el nebari.

Una vez acabé con los deberes me fui al patio para ver los árboles en venta.
Lo primero que me sorprendió es ver que aunque estamos todavía en pleno invierno (incluso en algunas macetas todavía quedaba la nieve que cayó el día anterior) ya habían empezado a moverse algunos árboles.





Los chaenomeles es más normal pero los palmatum también estaban inquietos por “estirar las piernas”






En algunos árboles se nota la mano maestra de Mario Komsta.




Los árboles de importación siguen manteniendo los precios altos pero algunos yamadoris de sylvestris creo que han bajado algo los precios.

También tenían muchas sabinas rastreras yamadori aunque estas no tenían puesto el precio ni yo pregunté. Algunas tenían la madera tratada me imagino que por chorro de arena.




Algunos detalles más


















En definitiva pasé un buen rato mirando y aunque hacía bastante frio yo no me enteré pues estaba absorto en la contemplación.

Saludos

miércoles, 16 de enero de 2013

Otro pino sylvestris a trabajar

Este pino sylvestris no me gustaba cuando lo compré pero formaba parte de un lote de dos pinos y además el precio fue bastante bueno. No pensaba que pudiera sacar nada bueno. Hay que destacar su corteza pues aunque no se trata de un pino muy viejo si que ha desarrollado una buena corteza. Aparte de eso no le encuentro ninguna otra cualidad que destacar. Bueno, que es un pino sylvestris y ya solo por eso vale la pena trabajarlo.
Lo compré en febrero de 2011 y así estaba en casa del vendedor


Y en la mía


Como veis estaba bastante desordenado e intenté ordenarle un poco las ramas y bajar las primeras hacia abajo. También lo trasplanté para posicionarlo un poco mejor.
Bueno, esta era una primera formación.


A finales de ese año volví a limpiarlo


Y le toca el turno de quitar aguja y formar nuevamente. El pino hay que reconocer que está muy fuerte, se le ve muy vigoroso.


La primera rama de la izquierda que en la primera formación no corté duró 5 segundos. No quedaba bien en el conjunto.
Después de quitar agujas y de un poco de cobre, así me quedó


Dentro de su modestia, estoy satisfecho y al fin y al cabo es un sylvestris.

Saludos

sábado, 12 de enero de 2013

El ullastre nº 2

Los que me hayáis leído habréis observado que no me gusta ponerle nombres a mis árboles. Por eso, este es el ullastre nº 2 (solo porque sale en este blog en segunda posición). Es primo hermano del nº1 pues tuvo la misma procedencia y lleva conmigo el mismo tiempo.

Esta es la foto donde se daba a conocer para la venta.


Como casi siempre, los ullastres se empiezan de cero tras ser recuperados, aprovechando los brotes que salgan que estén bien colocados. Le hice una primera formación pensando ya en un posible diseño.


Tras esta formación lo dejé crecer algún tiempo.


Pero la boca que tiene el tronco no me parecía que le diera unas proporciones y forma adecuada. Daba la sensación de tener conicidad inversa pues empezaba muy abajo. Así que le quité un poco de madera.


Luego volvió a crecer un poco y se volvió a formar.


Y así está a día de hoy habiéndole cambiado la maceta (esta no es mala).


Por ahora eso es todo.

Saludos

miércoles, 9 de enero de 2013

♫ Perejil don don ♫

Este tejito del que os voy a hablar era un pobre tejo que habitaba en uno de los viveros de cerca de mi casa. Un buen día sin saber porqué llegó un tío con bigote y un gran serrucho en la mano. Era el personaje tristemente conocido como “Mostrenco del serrucho”.

El mostrenco agarró al pobre tejo serrucho en mano y forcejeando con el encargado y propietario del vivero (ya que este pone los precios de los tejos en proporción a su altura) le pegó un certero tajo al tronco y ¡zas! Al pobre hombre se le caían lágrimas como papas aliñás. Por cierto, con el fragor de la batalla el mostrenco se dejó olvidado su famoso serrucho en el vivero y no volvió a verlo jamás. Este fue el comienzo de su declive (por eso quizás no hayáis oído hablar de él).

Una vez reconvertido el mostrenco en su alter ego, un papanata y calzonazos, es decir, un servidor, no recordaba nada de lo sucedido y no podía explicarse cómo había aparecido en su patio semejante tejo mutilado.


El bosque no dejaba ver bien el árbol así que le quité algunas ramas…


Y hasta le hice un diseño, cosa rara en mi que sigo a rajatabla el severo método inventado por el doctor Moyano ATPC o también llamado ATPATM (aquí te pillo, aquí te mato).

Manos a la obra pues. No hay nada mejor que seguir un patrón. Y aunque parezca mentira, este amasijo de ramas pretendía ser el resultado de mi diseño.


Porque soy muy responsable con mis pobres perejiles que sí no a este ¡ni agua!
Y el caso es que brotaba y parecía mejorar ¿y si le hago dos sharis?



Y un poquito después lo tengo así


Saludos

viernes, 4 de enero de 2013

Siete años en la vida de un pino sylvestris

Este pino sylvestris lleva conmigo 7 años. Se lo compré a David Benavente cuando todavía estaba en Alcobendas. El árbol se había trabajado en un taller anterior y estaba a la venta cuando lo vi en la trastienda del museo. Me gustó mucho y el precio no era alto así que se vino para casa. Por cierto, no os podéis imaginar lo que es ir andando con dos bonsáis de cierto tamaño (no eran shohines precisamente) desde el museo de bonsái de Alcobendas al Cercanías (que está bastante lejos), de allí al AVE y a casa. Llegué como si me hubieran dado una paliza (una y no más Santo Tomás).


Menuda nevada

Si digo que entonces no tenía ni puñetera idea de trabajar los pinos me quedo corto. Como no sabía qué hacerle pues no le hice nada así que el pobre pino estaba asalvajado. Ni había quitado agujas viejas, ni había vuelto a alambrar ni nada, solo riego y abono. Tenía las agujas como si fueran de acero y si te pinchabas veías las estrellas.
Casi 2 años después de comprarlo decidí llevarlo a un taller con David. Estaba así


Cuando David lo vio me dijo “pero hombre de Dios, ¿cómo tienes así el pino?”
Sin embargo no trabajé este pino en ese taller sino otro sylvestris que ya os enseñaré más adelante. Bueno al menos ya había aprendido algo y a la vuelta en casa me puse a trabajar al protagonista de hoy. Lo limpié, alambre etc y me quedó así.


Por supuesto no estaba nada satisfecho con el resultado así que en invierno de 2009 lo volví a llevar con David y entonces sí lo trabajamos con este resultado


Esto ya era otra cosa.
Llegamos a día de hoy 3 años más tarde. Tocaba limpieza de agujas


Y vuelta al alambrado y modelado de ramas. Ya no tengo que alambrar las ramas primarias y muchas secundarias que ya es bastante.


Bueno pues hasta aquí su historia conmigo y ya parece que se le va viendo algo.

Saludos